Cómo elegir La boquilla perfecta

Al fin, tras años de estudio, de investigación y desarrollo, la NASA en colaboración estrecha con los mejores instrumentistas de todo el planeta lo han conseguido: una boquilla que facilita el registro agudo y el grave por igual sin detrimento del medio, tan cómoda en los labios que permite ejecutar sin cansarse sesiones de práctica interminables y los conciertos más exigentes. Todas las notas suenan centradas y afinadas la flexibilidad cobra una velocidad y precisión de vértigo…sonido, emisión, registro, confort. Señores y señoras, ya pueden dejar de practicar, se ha inventado la boquilla perfecta.

Bueno…pues vamos a ver, la broma estuvo bien pero lamento deciros que no, ni la NASA está investigando como facilitarnos la existencia a los músicos (o eso creo) ni la ciencia en general ha descubierto la combinación de materiales y las proporciones ideales que éstos deben tener para resolvernos todo aquello que normalmente sólo conseguimos con esfuerzo, sea éste mayor o menor dependiendo de quien sople. La boquilla perfecta ni existe ni existirá nunca, y si fuese así probablemente tenga la misma forma que la que tienes enchufada en este mismo momento en tu trompeta, trombón, etc…

Con frecuencia uno se encuentra con profesionales, compañeros o incluso amigos que sueltan aquella frase de «tienes que probarla, va muy bien», «cuesta 5 veces más que una normal, por algo será » o aquella frase mítica del profesor que haciendo un favor a la sociedad suelta eso de «cuando le compréis el instrumento al niño no os olvidéis de comprar también este modelo de boquilla, la que trae no vale»…reconozco que esta última es mi favorita. Y así, como quién no quiere la cosa, te encuentras que el chaval lleva la misma boquilla que su profesor y todos sus compañeros de escuela, y esto es extensible a todos los instrumentos de viento metal.

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Debo decir que sí he visto instrumentos «low cost»con boquillas que, aunque son completamente funcionales, pierden el lacado o se oscurecen demasiado, y esto supongo que se debe a los estándares de calidad en materiales y fabricación propio de algunos de estos instrumentos. Cuando hablamos ya de marcas donde la calidad de fabricación no se cuestiona, ¿qué nos empuja a orbitar siempre entre unos cuántos modelos? Pensemos por un momento en el calzado que utilizan nuestros familiares…¿es todo de la misma talla?, ¿y del mismo diseño?, ¿le resultaría cómodo a mis pequeños y peludos pies de hobbit?, ¿utilizan zapatos los hobbits?.

Por lo tanto y a modo de reflexión final, creo que cabe distinguir dos supuestos:

  • Cuando se trata de gente que está empezando, a mi juicio pueden utilizar la boquilla que trae el instrumento, suelen ser copias de modelos muy utilizados y a no ser que les pase lo descrito anteriormente funcionan igual de bien que cualquier otra en los primeros años de aprendizaje.
  • Si el sujeto en cuestión ya sabe atarse los cordones lo mejor es que busque calzado que le guste y le sea cómodo a él mismo. Me explico, si crees que es el momento de explorar nuevas opciones, lo que trataría de hacer es probar todas las boquillas que pueda, ya sean de compañeros, profesores o bien los muestrarios que tienen en algunas tiendas de música y una vez elegida, tirar para adelante, soplar y seguir soplando.
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PD: aquellos que ya estáis en esa fase en la que buscáis y probáis una y otra boquilla, pensando en que lo que os dá una os lo quita la otra o que con lo que estudiáis deberíais sacarle más rendimiento al instrumento, no os sigáis frustrando y recordad que en esto como en tantas otras cosas en la vida es más importante el indio que las flechas.

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